Premios Plan de Mejora
Escrito por Administrador Plataforma, miércoles 11 de septiembre de 2013 , 21:28 hs , en Nuestro colegio
calidad.JPG CRA LOS ALMENDROS
Localidades de La Bóveda de Toro y Villabuena del Puente.
Durante los cursos 2005/2006 y 2006/2007 ha obtenido dos premios en sus Planes de Mejora: Mejorar le comprensión lectora y mejorar la ortografía; dotados con 6.000 € cada uno. 


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  • Yubbali Suarez el lunes 28 de julio de 2025, 13:01 hs

    El CO₂, ese viejo conocido que escasea cuando más se le necesita

    El CO₂, ese viejo conocido que escasea cuando más se le necesita.

    No es nuevo que la humanidad juegue a ser aprendiz de brujo. Lo curioso —y por qué no decirlo, lo tragicómico— es que cuando por fin le agarramos cariño a un gas como el dióxido de carbono, nos lo quitan de las manos. Que en el Reino Unido haya escasez de CO₂ suena a chiste de mal gusto. Pero no lo es. Las industrias lo están sintiendo como una colleja en la nuca, de esas que no avisan.

    Porque, vamos al grano, el CO₂ no es sólo el villano de las tertulias medioambientales. Es el que pone las burbujas en tu refresco, el que hiela tu cóctel con un suspiro blanco de hielo seco, y sí, el que convierte un cilindro rojo en arma pacífica contra el fuego. El extintor de CO₂ no es un capricho; es una necesidad. Un imprescindible silencioso.

    Y aquí viene lo mejor: tenemos toneladas de CO₂ de sobra flotando en la atmósfera, calentando el planeta y arruinando las cosechas... pero no, no sirve. Porque no se puede embotellar así como así. Porque el CO₂ útil debe ser puro, libre de impurezas, recogido y procesado con mimo quirúrgico. No vale ese que sale de los tubos de escape o de las fábricas sin filtro. Ese mata, no apaga fuegos.

    El gas que se esfuma justo cuando más se necesita

    Nos hemos acostumbrado al confort de las burbujas. El refresco sin gas nos parece triste, incompleto. Pero que no haya CO₂ no solo implica bebidas planas. Afecta a la conservación de alimentos, a las vacunas que requieren frío extremo para su transporte, a los quirófanos y a los laboratorios. En resumen: afecta a la cadena de vida moderna.

    Las plantas que capturan y purifican CO₂ no son infinitas. Y cuando hay parones, mantenimiento o simplemente una subida de precios en el gas natural (del que muchas dependen para producir CO₂ de calidad), todo el sistema tambalea.

    Y ahí es cuando más de uno se rasca la cabeza y pregunta: ¿Y por qué no usamos el que ya está en el aire? Pues por lo mismo que no bebes agua del charco: porque está contaminada, mezclada, alterada. Y procesarla cuesta más que sacarla desde el principio con pureza. Así de simple. Así de absurdo.

    En esta jugada de escasez, empiezan a alzarse preguntas como “donde comprar un extintor, porque en tiempos de incertidumbre, lo básico toma protagonismo. En locales, oficinas, hospitales y hasta en el hogar, tener un extintor de CO₂ puede marcar la diferencia entre una anécdota y una tragedia. Y no todos los extintores son iguales: los de CO₂ son ideales para incendios eléctricos y de líquidos inflamables, pues no dejan residuos y no dañan equipos sensibles.

    Extintores CO₂: el lujo invisible que salva vidas

    Los extintores co2 están fabricados con precisión quirúrgica. Se cargan con gas comprimido a altísima presión y cuando se libera, el gas se expande, se enfría y sofoca las llamas quitándoles el oxígeno. No hay residuos, no hay humedad, no hay corrosión. Por eso se utilizan en salas de servidores, cabinas eléctricas, quirófanos y aviones.

    Pero claro, con la escasez, los precios se disparan y los tiempos de entrega se alargan. ¿Y ahora qué? Pues ahora toca prever, porque la seguridad no espera a que la cadena de suministro se ponga al día.

    Y es aquí donde las empresas, los edificios públicos y hasta los particulares deben empezar a hacerse preguntas incómodas: ¿tengo suficientes? ¿están en regla? ¿funcionan? ¿cuándo caducan?

    Porque la tragedia no avisa. El incendio no manda WhatsApp.

    Y en ese punto donde el lector ya se pregunta si está preparado, surge una inquietud más profunda: “extintores CO2, ¿los tengo o solo creo que los tengo?”

    Obligatorio tener un extintor

    ¿dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor? Esta no es una sugerencia ni una recomendación vaga. Es normativa. Es ley.

    En España, por ejemplo, el Código Técnico de la Edificación y el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios son claros: toda edificación destinada a actividades debe tener extintores, y en muchos casos, deben ser de CO₂ por su capacidad de actuar sin dañar los equipos o estructuras.

    ¿Y los hogares? Pues en viviendas particulares no es obligatorio… pero sería estúpido no tener uno a mano. Un pequeño conato en la cocina, una chispa en el enchufe... y adiós tranquilidad. Por eso, cada vez más hogares están equipándose como si fueran oficinas. Porque el fuego no distingue entre uno y otro.

    Y en este blog de extintores, si se me permite el desliz periodístico, nos cansamos de repetirlo: no hay inversión más rentable que la que protege tu vida y tu patrimonio en segundos. Así de claro.

    Un gas, mil usos, cero reemplazos inmediatos

    El CO₂ se ha convertido en un comodín moderno. En la bebida, en el quirófano, en el servidor, en la fábrica, en el camión frigorífico, en tu pared, guardado dentro de un cilindro esperando su momento de gloria silenciosa.

    Pero no hay alternativas inmediatas que lo igualen. Y mientras las plantas de purificación siguen dependiendo de la rentabilidad y del suministro energético, más vale que todos empecemos a valorar ese gas invisible y frío que salva vidas y conserva alimentos.

    No se puede improvisar con los sistemas de protección. No se puede jugar con los tiempos de reacción. La prevención debe estar lista antes de que la chispa salte. Porque si esperamos a que el humo nos despierte… ya es demasiado tarde.

    Lo invisible también se agota

    Lo que no se ve también duele cuando falta. El CO₂, tan odiado en su forma salvaje, es un aliado absoluto cuando está domado. Y en ese estado, purificado y comprimido, se convierte en una herramienta que no puede faltar.

    Toca revisar los almacenes, hacer mantenimiento, reponer unidades y asegurarse de que, cuando se necesite, el gas esté ahí. Porque no hay peor sensación que tirar del gatillo de un extintor y que solo salga un suspiro.

    Y si aún no sabes dónde comprar un extintor, más vale que lo averigües antes de necesitarlo. No lo dejes para mañana. Porque cuando lo necesites, no habrá tiempo de buscar.